jueves, 11 de junio de 2009


Hes a sweet talking sugar coated candyman!

jueves, 4 de junio de 2009


Eras como un caramelo amargo con una sorpresa en el centro.
[...]-Bueno, apropósito. Sabes de lo que me enteré por las noticias? Hubo un choque en la puerta de tu casa. El auto de tu vecina estaba totalmente destruido y hubieron heridos, hace exactamente media hora estaba en vivo en las noticias. Por que no sales a ver?
-En serio?
Dije asombrada
- Como… ya salgo , me llamas en unos minutos?
-No, quiero seguir escuchando tu voz.
Esas cosas que solo marco podía transformarlas en las frases mas lindas que escuché en mi vida.
- Esta bien (reí)
Bajé las escaleras rápidamente con el teléfono en el oído, parecía un niño a las 12 de la noche un 24 de diciembre. Abrí la puerta y…
-¡Marco!
Si, ahí estaba el sonriendo con el teléfono en el oído igual que yo, parecía como si hubiera un espejo enfrente mío. No recuerdo lo que hice con el teléfono, creo que lo solté dejándolo caer bruscamente sobre el piso, justo en ese momento no me importaba lo que le podía llegar a pasar a el teléfono. Fue como si todo hubiera estado perfectamente planeado.
Lo abracé con mucha fuerza, al fin pude sentir su cuerpo contra el mío. Me había olvidado de lo bien que se sentía, también me había olvidado de que estaba en camisón, y despeinada.
-Apuesto que esto sí, no te lo imaginabas.
Estaba en lo cierto.
-Apuestas bien, pero mira como estoy, en camisón despeinada…
Me interrumpió.
-Hermosa, como siempre.
Dijo mientras pasaba las yemas de sus dedos contra mi cabello, brillante, corto por las orejas, despeinado.
Mire al suelo avergonzada.[...] El sonrió, no existen palabras para transmitir lo mucho que extrañaba verlo sonreír, su pelo despeinado rubio oscuro, enmarcaba su hermoso rostro redondo, con su sonrisa brillante y sus dientes alineados, ni muy grandes ni muy chicos. Perfectos.
Hubo un silencio, el miro mis labios. Y me besó, lentamente, como el solo lo hacía, tomo mi cintura entre sus manos. Yo rozaba mis manos suavemente contra su rostro perfecto. Era exactamente lo único que necesitaba, no me importaba pensar en el 4 de biología que tenia que subir ni en cuantos brawnies se comieron mi mama y mi hermano.
Estuvimos así unos 5 minutos, sin parar. Había olvidado lo bien que sabían sus labios.[...]